Con un gran impacto emocional y con buen desarrollo en sus personajes y temáticas, este libro logrará sacarte unas buenas lágrimas y sonrisas.
Escritora inglesa, nacida en 1982 en un pueblo de Yorkshire. Es licenciada enFilología Inglesa por la Universidad de Oxford y autora de las novelas:Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, en la que logra que a través de los ojos de un niño puedan verse con humor cosas tan dramáticas como el terrorismo o el alcoholismo y el abandono de los padres, también "Nubes de Ketchup" y "El silencio es un pez de colores".
Han pasado cinco años desde que Rose murió en un atentado terrorista islámico en el centro de Londres. Su hermano Jamie, de diez años, no ha podido llorar todavía, aunque sabe que debería hacerlo porque toda su familia lo hizo. Las cosas no van nada bien desde entonces: su padre bebe cada vez más, su madre los ha abandonado, Jasmine, la gemela de Rose, ha dejado de comer y Jamie tiene muchas preguntas que nadie le responde. Pero un día un anuncio de televisión le hace soñar con que todo vuelva a ser como antes.
Gracias a la recomendación de uno de ustedes me animé a comprar este libro, que tenía el potencial de hacerme soltar unas buenas lágrimas. Y con mis deseos de encontrar un libro que me dejara como el final de “Hasta que vuelvan los pájaros”, no me lo pensé dos veces.
Inmediatamente que inicié la lectura me di cuenta de que se trataba de una lectura infantil. Sin embargo, cuando la terminé me quedó bien claro que no solo un niño disfrutaría sus páginas.
Conocemos a Jamie, un niño que no recuerda muy bien el trágico accidente que terminó con la vida de una de sus hermanas. No entiende muy bien el porqué sus papás esperan que llore y extrañe a Rose. Todo está narrado desde la perspectiva de Jamie, lo que nos permite conocer sus pensamientos y su sentir.
Tengo que reconocer que al principio me costó conectar con los demás personajes, además de que no lo sentí tan emotivo (aun teniendo un suceso trágico en las primeras páginas). Comprendo las razones por las que sucede esto ya que, si nuestro niño protagonista no conecta con este hecho, el lector tampoco debería hacerlo.
Pasando los capítulos me di cuenta del impacto emocional que tiene el libro, consiguió que me enojara y frustrara constantemente por las actitudes de los papás, su insensibilidad hacia los sentimientos o respuestas de los niños.
Aun teniendo a un niño de 10 años como protagonista, la complejidad de su personaje es la de un adulto, lo cual me permitió disfrutar más el libro. Tiene temáticas muy bien presentadas y resueltas, como lo es el bullying, la muerte, el divorcio, el racismo y el odio a ciegas. Este último sobretodo hacia la comunidad musulmana. Así como algunos otros conflictos más simples que para un niño pueden ser gigantescos, y que como adultos se suelen minimizar. Esto último te deja reflexionando sobre lo malo que es minimizar esos “pequeños” problemas.
Jamie sigue disfrutando de su niñez como cualquier otro niño. Sus narraciones son narradas de una forma muy bonita y simple, haciéndote reír y a veces sentirte preocupado. La inclusión del miedo a no sentir que sufres, que no lloras, que no te sientes mal por algo que “debería” hacerte sentir mal, hace que tenga un mensaje todavía más poderoso. Inclusive te hace entender que, aunque tenga una narración infantil, el público al que se dirige no solo son los niños.
Su lenguaje es fluido, simple y divertido. Casi llegando al final, lo emotivo parecía que se había acumulado para soltar una bola de fuego que amenazaba con acabar con mis lagrimales. Percibí una narración muy bonita, realista y sincera. Ya para este entonces las lágrimas no fueron tímidas y salieron.
Este libro es una aventura y lección para los niños y una oportunidad de reflexión para los adultos. Me quedé con un muy buen sabor de boca, además de con una gran sonrisa. Con un romance tierno y una amistad fuerte, te das cuenta de que su final hace que valga la pena haber leído todo lo demás. Te deja con un gran sentimiento de esperanza.
Lectura ampliamente recomendada para todas las edades.
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